domingo, 29 de octubre de 2023

SEMBLANZA Y 27 VARIACIONES SOBRE UN TEMA DE FRIEDRICH NIETZSCHE

El siguiente texto —en especial la segunda parte— lo he escrito inspirándome en otro de Eduardo Berti (ver aquí).

I
SEMBLANZA

Me llamo José Ángel Gallardo como mi propio nombre indica. Nací un día múltiplo de tres, de un mes también múltiplo de tres y de un año par. 
Entre mis aficiones se encuentran respirar, beber agua y dormir casi diariamente. Y aunque no estudié gramática, dialéctica ni retórica, tampoco he realizado aportaciones relevantes en los campos de la geometría o de la aritmética, y además no he escrito libros sobre astronomía o sobre armonía. Dicho de otro modo: aunque no escribí libros sobre armonía o sobre gramática, tampoco he realizado aportaciones relevantes en las disciplinas de la dialéctica o de la retórica, y además no he estudiado geometría, ni aritmética, ni astronomía. 
Para más señas, mañana es ............................... (rellenar línea de puntos a piacere)

 
II
27 VARIACIONES SOBRE UN TEMA DE FRIEDRICH NIETZSCHE
 
00 Texto base
Sin música la vida sería un error. 
 
01 Reorganización alfabética
AAAA C D EE IIII L M NN O RRRR SSS UU V
 
02 Anagrama
Mil canis adversarios reunía Ur. 
 
03 Otro anagrama
La miseria es ruina sorda, ruín CV.
 
04 Lipograma en b, f, g, j, k, p, q, t
Sin música la vida sería un error. 

05 Lipograma en i
No suenan los errores del ente.

06 Lipograma en e, o
Sin música la vida fracasaría.
 
07 Transposición S+7
Sin musiquero el videoaficionado sería un escabeche.
 
08 Una letra de menos
Sin música la vida será un error.
 
09 Dos letras de menos
¡Sí, música, la vida será un error!
 
10 Una letra de más
Sin música la vida sería un terror.
 
11 Tres letras de más
Sin musicales la vida sería un error. 
 
12 Cuasi definicional
Sin ese arte de combinar los sonidos de la voz humana o de los instrumentos, o de unos y otros a la vez, de suerte que produzcan deleite, conmoviendo la sensibilidad, ya sea alegre, ya tristemente, el hecho de estar vivo sería una acción desacertada o equivocada.
 
13 Negación
Sin música la vida no sería un error.
 
14 Insistencia
Sin música, sin sonido humanamente organizado, sin el arte que explora y explota todo el universo de los sonidos y de los ruidos, la vida, la existencia o tal vez ese paréntesis entre dos nadas, sería muy, muy, muy, pero que muy probablemente un garrafal, monumental y absoluto error; sí, una enorme y monstruosa equivocación.

15 Reducción
Sin música, la vida, un error.

16 Otra reducción
Sin música, un error.

17 bis Doble reducción
...

18 Antonimia
Con cacofonía la muerte no sería un acierto.

19 Permutación
Un error sería la vida sin música.

20 Inventario
La música, la vida y un error.

21 Contaminación cruzada
a) Sin música la vida sería proporcional a la fuerza neta que actúa sobre ella, e inversamente proporcional a su masa.
b) La aceleración de un cuerpo es un error.
 
22 Bola de nieve
Y
hay
vida
donde
puedas
entonar
do re mi fa
sol la si do
ya que sé que
es necesaria
la música para
ganar al abismo

23 Homoconsonantismo
Si no amo, esclavo deseo reinará o arrié.

24 Homovocalismo
Mi rutina lastima el día nuevo.

25 Variaciones mínimas
Sin música la vista sería un error.
Sin música la brida sería un error.
Sin música la birra sería un error. 

26 Haiku
Huye la vida
similar a la música
en un compás
 
27 Pregunta
¿He aprendido algo de mis errores? 
 
J.A.G. 
 

miércoles, 11 de octubre de 2023

Moral elemental

La moral elemental es una forma poética inventada por Raymond Queneau (1903-1976), que solía definirla de la siguiente manera: Primero, tres veces tres más un grupos sustantivo más adjetivo (o participio) con algunas repeticiones, rimas, aliteraciones, ecos ad libitum; después una especie de interludio de siete versos de una a cinco sílabas; finalmente una conclusión de tres más un grupos sustantivo más adjetivo retomando más o menos algunas de las veinticuatro palabras utilizadas en la primera parte.

Pues nada, ahí va mi intento de moral elemental

guitarra callada

cuerdas destensadas

silencio nocturno


música lejana


compás ternario

subdivisión binaria

tempo lento


dinámicas lejanas


comienzo anacrúsico

anacrusa solitaria

soledad trémula


trémolo lejano






en ocasiones



el pentagrama



destila lágrimas



de acres sonidos:



alturas, timbres,



intensidades



y duraciones





guitarra nocturna

cuerdas calladas

silencio destensado


soledad cercana


J.A.G.

miércoles, 4 de octubre de 2023

Estudio para piano vertical de Juan María Gómez Márquez

Hoy comparto una pequeña pieza compuesta por Juan María Gómez Márquez titulada Estudio para piano vertical. En palabras del propio autor:

Esta piececita para piano tiene origen en una conversación con un amigo profesor de piano, hablando de que realmente no hay mucho repertorio contemporáneo para estudiantes de piano del nivel más básico.

Echándole un vistazo a Ein Kinderspiel de Helmut Lachenmann (y tocando alguna que otra de las piezas) se me ocurrió escribir algo yo mismo. Y este es el resultado, que realmente no es tan sencillo de tocar como en principio había pretendido. 

 


En este enlace puede leerse una explicación más detallada del estudio compuesto por Juan María Gómez Márquez.

Es una pieza que, sin duda alguna, me ha gustado mucho y he disfrutado escuchándola. Está muy bien escrita.


martes, 8 de marzo de 2022

TEORÍA DE LOS VECTORES ARMÓNICOS DE NICOLAS MEEÙS

He realizado un análisis armónico aplicando la Teoría de los Vectores Armónicos de Nicolas Meeùs. Para tal análisis he escogido la primera diferencia del Guárdame las vacas de Luis de Narváez (adjunto partitura y tabla con los resultados del análisis).

El musicólogo y analista belga Nicolas Meeùs presentó la teoría de los vectores armónicos a finales de los 80 del pasado siglo XX. Según Nicolas Meeùs, “lo que determina la función de un acorde no es tanto el grado de la escala en el que se construye o la distancia que le separa de la tónica, sino la manera en la que se llega y se sale de él", es decir, dicha teoría se centra en la observación del movimiento realizado por las fundamentales de los acordes (algo ya expuesto por Arnold Schönberg en Funciones estructurales de la armonía).

La teoría de los vectores armónicos afirma que los vectores dominantes (VD) aparecen con más frecuencia que los vectores subdominantes (VS), especialmente en el período de la práctica común (a este hecho la teoría de los vectores armónicos lo denomina asimetría, junto al cual destacan también otras observaciones como son la diatonicidad y la tonificación). En el caso concreto del análisis del Guárdame las vacas se puede observar que los VD y los VS se reparten al 50%, lo cual no contradice la teoría de los vectores armónicos, puesto que esta obra de Luis de Narváez posee características modales.

Mi opinión es que la teoría de los vectores armónicos puede resultar útil para el análisis armónico (como herramienta auxiliar y junto a otros tipos de análisis) además de aportar interesantes datos estilísticos de un autor, época, etc. El inconveniente del análisis basado en los vectores armónicos es precisamente lo que estoy mencionando, a saber: quedar restringido a obras cuyos sistemas de organización de sonidos sea tonal, o tal vez modal u otras posibilidades, siempre y cuando haya algo parecido a acordes tríadas y fundamentales. Resultaría interesante analizar con este método la música de cine, la música popular, folclórica, pop, rock... y extraer conclusiones.

La fortaleza de una teoría se muestra por sus capacidades explicativa y predictiva de hechos observables, y por su capacidad de resistencia frente a casos particulares que puedan contradecirla. Tal vez sea el momento de enjuiciar la teoría de los vectores armónicos.


Fuentes citadas:

https://www.docenotas.com/pdf/DOCENOTAS_Preliminares_19y20.pdf

https://mtosmt.org/issues/mto.18.24.4/mto.18.24.4.meeus.html

 

domingo, 19 de enero de 2020

sábado, 12 de enero de 2019

Tomás Luis de Victoria, el compositor de Dios

Tomás Luis de Victoria, el compositor de Dios, documental sobre la vida y obra de este magnífico compositor del Renacimiento español.



domingo, 23 de septiembre de 2018

Erasmo de Rotterdam. Elogio de la locura (Jordi Savall. La Capella Reial de Catalunya. Hespèrion XXI)


Erasmo de Rotterdam permaneció en la memoria cultural gracias sobre todo a los hermosos retratos realizados por Holbein, Durero y Quentin Massys, así a una obra de juventud, el Elogio de la locura. Su inmensa obra y su vida, conocidas sólo por un puñado de especialistas, empezaron a estudiarse más ampliamente y a difundirse a partir de los primeros años del siglo XX; gracias a diversos ensayos y, en especial, al libro de Stefan Zweig, Erasmo, Triunfo y tragedia de una idea (publicado en Austria en 1934, en Francia en 1935, en Italia en 1935, etcétera), se comenzó a conocer mejor la verdadera dimensión de ese gran viajero a quien apasionaba la búsqueda del diálogo y la paz. En su Querella de la paz proclama: «El mundo entero es la patria de todos», y lo hace en una época en que Europa combate a sangre y fuego. Los odios que enfrentan a ingleses, alemanes, españoles, italianos y franceses le parecen un absurdo.

Erasmo siempre está dispuesto a tomar la pluma contra las injusticias, las guerras, el fanatismo e incluso la decadencia moral de su propia Iglesia. El reino de Erasmo, cuya autoridad se extiende en esos inicios del siglo XVI sobre todos los países de Europa, es un reino que triunfa sin recurso a la violencia, sólo con el poder de su fuerza espiritual. Como nos dice Zweig: «Durante un momento maravilloso, Europa está de acuerdo con el soñado deseo humanístico de una civilización uniforme, que, con un idioma universal, una religión universal, una cultura universal, debía poner fin a la primitiva y fatal discordia, y esta inolvidable tentativa queda memorablemente unida con la figura y el nombre de Erasmo de Rotterdam. Pues sus ideas, sus deseos y sueños han dominado a Europa durante una hora universal de su Historia, y es una fatalidad para él, y al mismo tiempo para nosotros, que esta pura voluntad espiritual de una definitiva unificación y pacificación del Occidente sólo haya sido un entreacto, rápidamente olvidado, de la tragedia, escrita con sangre, de nuestra común patria».

Según Erasmo, la tiranía de una idea es una declaración de guerra a la libertad del espíritu, por lo que a lo largo de toda su vida se niega tomar partido por una ideología o una formación, convencido de que un hombre de partido está obligado a creer, pensar y sentir con parcialidad. Por eso Erasmo respeta todas las ideas al tiempo que rechaza reconocer la autoridad de ninguna. Es el primer pensador en definirse como europeo, defiende el acceso de todos a la cultura y el conocimiento como base fundamental para la educación de la humanidad, porque considera que sólo el individuo inculto e ignorante se abandona sin reflexión a las pasiones. Por desgracia, hacia el final de su vida se ve enfrentado a la brutal realidad de un mundo violento e incontrolable: «En París han quemado a fuego lento a su traductor y discípulo Berquin [1529]; en Inglaterra, sus queridos John Fisher y Tomás Moro, sus más nobles amigos, han sido arrastrados bajo el hacha del verdugo [1535]». Zwinglio, con el cual había intercambiado tantas cartas muere en la batalla de Cappel (1531)... Roma es saqueada por las tropas imperiales de Carlos V (1527).

Sin embargo, lo que más lo afectará será el enfrentamiento con Lutero; sabedor de que su combate pacífico está perdido de antemano a causa de la obstinación y la rigidez, no tarda en ver venir la catástrofe. «Ojalá esta tragedia no termine de forma desdichada», exclama, asaltado por lúgubres presentimientos. En esos años, al ver que la revuelta campesina se dirige contra sus apoyos señoriales, Lutero condena los levantamientos de 1525 en un breve panfleto de una rara violencia, un verdadero llamamiento a la matanza titulado Contra las bandas ladronas y asesinas de campesinos y en el que escribe: «quien pueda ha de abatir, degollar o apuñalar al rebelde, en público o en privado, y ha de pensar que no puede existir nada más venenoso, nocivo y diabólico que un rebelde [...] Es tiempo de la espada y de la cólera y no de la gracia. Así pues, la autoridad ha de proceder ahora sin temor y golpear con buena conciencia, mientras corra la sangre por sus venas. [...] Por esto, queridos señores, [...] el que pueda, que apuñale, raje, estrangule» (Martín Lutero, Escritos políticos, trad. Joaquín Abellán, Madrid, Tecnos, 1999, pp. 95-101). Lutero toma sin miramientos el partido de la autoridad en contra del pueblo. Y al final, cuando los campos de Wurtemberg quedan anegados en sangre, confiesa con extremada valentía: «Yo, Martín Lutero, he matado a todos los campesinos rebeldes, porque he ordenado abatirlos: tengo su muerte sobre la conciencia».

Erasmo se siente desolado al ver que «entre religión y religión, entre Roma, Zúrich y Wittenberg, se guerrea bárbaramente; entre Alemania y Francia e Italia y España, se suceden infatigablemente las campañas militares, como errantes tempestades; el nombre de Cristo ha llegado a ser grito de guerra y pendón para acciones militares». Ha sido finalmente la historia del siglo XX la que ha mostrado del modo más cruel esa sobreestimación de lo civilizado; Erasmo no pudo imaginar el problema terrible y casi insoluble del odio racial. Sin embargo, como dice Stefan Zweig: «Siempre fueron necesarios al mundo hombres que se negaran a creer que la historia no sea nada más que una roma y monótona repetición de sí misma, un juego sin sentido que se renueva siempre de igual modo con cambiados ropajes, sino que confían, sin pruebas para ello, en que el curso de la vida de la humanidad significa un progreso moral, en que nuestra especie, por invisibles escalones, asciende desde la bestialidad a la divinidad, de la brutal violencia hacia un sabio espíritu de ordenación y que este último, el grado supremo de la completa concordia humana, está ya próximo, ya casi alcanzado. [...] No, no puede pasar mucho tiempo, tal como lo proclaman con júbilo Erasmo y los suyos, antes de que la humanidad, conocedora de sus propias fuerzas y tan pródigamente dotada de ellas, tenga que reconocer su misión ética, vivir en lo porvenir únicamente de un modo fraternal, proceder moralmente y extirpar de modo eficaz los residuos de su naturaleza bestial. [...] Pero no es la bendita aurora lo que amanece sobre la tierra tenebrosa: es el incendio que destruirá su mundo idealista; al igual de los germanos en la Roma clásica, así irrumpe Lutero, el fanático hombre de acción, con la irresistible fuerza de choque de un movimiento popular nacional, en su mundo de ensueños supranacionales e idealistas, y antes aún de que el humanismo haya comenzado verdaderamente su obra de unificación universal rompe la Reforma, con los golpes de su martillo de hierro, la última unidad espiritual de Europa, la Ecclesia universalis».

El proyecto de este nuevo libro-CD nace ante todo de la idea de rendir un gran homenaje a ese humanista excepcional mediante el diálogo vivo de los textos y las músicas de época, situados plenamente en su contexto histórico. Para ello le cedemos la palabra, con textos extraídos de su correspondencia y de algunos de sus escritos fundamentales. Además del propio Erasmo, escucharemos también las voces de la Locura y de Tomás Moro y Lutero. Los textos, en diálogo con las músicas de la época, son recitados en francés por Louise Moaty (la Locura), Marc Mauillon (Erasmo y Adagios) y René Zosso (Tomás Moro, Maquiavelo y Lutero) en tres de los compactos del libro. A modo de complemento, todos los textos estarán también disponibles en Internet con el mismo acompañamiento musical en otras seis lenguas europeas: alemán, inglés, castellano, catalán, neerlandés e italiano. Por último, para quienes se interesan sólo por la audición de las músicas, añadimos otros tres discos compactos sin los recitados. Los textos de la Locura van acompañados con improvisaciones, variaciones o adaptaciones vocales o instrumentales sobre el tema musical de la folia; en los discos 2 y 3, en cambio, los principales acontecimientos de la vida de Erasmo y de su época están acompañados por las músicas de Dufay, Josquin, Sermisy, Lloyd, Isaac, Du Caurroy, Moderne, Morales, Trabaci y piezas anónimas occidentales, sefardíes y otomanas.

Estamos convencidos de que las ideas de ese gran humanista, sus reflexiones críticas y su pensamiento filosófico constituyen una fuente esencial de sabiduría humanística y espiritual, sin dejar de ser, incluso después de 500 años, de una actualidad sorprendente; lo mismo que el premonitorio juicio de Tomás Moro -gran amigo suyo y notable pensador- en su obra Utopía: «donde hay propiedad privada y donde todo se mide por el dinero, difícilmente se logrará que la cosa pública se administre con justicia y se viva con prosperidad. A no ser que pienses que se administra justicia permitiendo que las mejores prebendas vayan a manos de los peores, o que juzgues como signo de prosperidad de un Estado el que unos cuantos acaparen casi todos los bienes y disfruten a placer de ellos, mientras los otros se mueren de miseria». Esta descripción precisa de la crisis actual de Europa y el mundo escrita hace cinco siglos muestra hasta qué punto el estudio y el conocimiento de esos grandes pensadores humanistas puede ayudarnos a reflexionar sobre nuestro destino humano y a encontrar nuevos caminos de diálogo, justicia y paz. Con las ideas de esos humanistas, se perfila ya el postulado, que todavía no se ha realizado plenamente, de una Unión Europea agrupada bajo el signo de una cultura y una civilización comunes; de una Europa unida que sepa desarrollarse a partir de una idea moral, que esté muy por encima de los intereses económicos o territoriales.