Un soneto de mi cosecha.
Abrupto de la voz áspera flato
que acompaña la dulce melodía
de un pedo con olor a sinfonía,
en desaparecer tarda un buen rato.
Mientras, de excitación, el aparato
digestivo descarga trinos fría-
-mente, vómitos rápidos, se lía
igual que los cordones de un zapato.
Una fuga de pus a cuatro voces
en corcheas, esmegma para flauta
y tamboril; salid, costras feroces,
de vuestro pentagrama con lid incauta.
El motete isorrítmico y su talea
me producen placer —y diarrea—.
JAGG